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El primer domingo de octubre bien vale un Arco

 


Carreras de Grupo I podemos encontrar varios repartidos en el calendario turfistico. Se disputan durante todo el año. En hipódromos de todo tipo y en distintos países del globo terráqueo. Algunas de ellas son en distancias de velocidad, mientras que en otras se prima el fondo. Hay pruebas reservados para los más jóvenes, para la edad clásica o para los viejos. La variedad en la carta de nuestro particular gran festín es amplia y el aficionado de este modo también puede elegir entre un gran abanico de citas.

Citas que puestos a elegir una, un servidor tendría clara su preferencia. Solo os dejo una pista… “Primer domingo de octubre”. Supongo que la respuesta está bastante clara, el Prix l’Arc de Triomphe. Prueba legendaria sobre 2.400 metros, que curiosamente este 2021 cumple su edición número 100. Cifra mágica para una carrera mágica con un historial sencillamente difícil de superar. Nombres como ENABLE, TREVE, KSAR, CORRIDA, DJEBEL, RIBOT, SEA BIRD, MILL REEF, ALLEGED, ALLEZ FRANCE, DANCING BRAVE, RAINBOW QUEST, URBAN SEA, MONTJEU, PEINTRE CELEBRE, ZARKAVA, SEA THE STARS o GOLDEN HORN, tienen inscrito su nombre para la posteridad de las carreras tras ganar en París.

Con los citados nombres queda claro que los mejores caballos sobre la milla y media se han presentado en este día con el fin de ser el mejor del año sobre ese metraje. Un trono que dura 365 días, pero su legado queda para siempre presente. No solo coronándote como el mejor o la mejor de Europa, sino que incluso de todo el mundo sobre los 2.400 metros en pista de hierba.

Conozco la existencia de este carrera hace muchos años, prácticamente desde que soy un niño, cuando ya tenía algo de conciencia sobre las carreras de caballos. Conocía y seguía las carreras sí, pero me centraba especialmente en el verano donostiarra y poco más. Es verdad, que poco a poco asomaba la patita en el turf del país vecino, gracias en gran parte a la cuadra General Turf. Eternamente agradecido a ellos. Y de esta manera, tuve con el tiempo noticias sobre el Arco de Triunfo. Me hablaban de una especie de final de la Copa del Mundo con los mejores ejemplares de todo el mundo en liza en busca de coronarse como el rey o reina del turf mundial.

En este sentido, recuerdo y aún conservo en mi casa varios programas del meeting que me conseguía un familiar que solía ir a París aquellos días. Esperaba ansiosamente a los días siguientes de ese fin de semana para tener esa lista de caballos engalanados de púrpura y magia en mi poder. Desde entonces me reivindico como fan incondicional del Arco de Triunfo.

El primer recuerdo, pese a que sea algo vago y borroso lo tengo de la edición de DALAKHANI el año 2003. Yo tenía solo 6 años y fue también el motivo de que siempre haya tenido una predilección particular por las sedas del Aga Khan. Luego vinieron los triunfos de estrellas como BAGO (2004), HURRICANE RUN (2005), ZARKAVA (2008), SEA THE STARS (2009) … Unos nombres que marcaron mi niñez alrededor de esta cita.

Desde aquel 2003 no había año en el que pese a los precarios medios que había entonces no intentaba encontrar o bien el vídeo o al menos el resultado de la carrera. Todavía era muy novel en este deporte y no sabía realmente la importancia que tenía ganar un Grupo I de esa índole. El tiempo y el empezar a peinar alguna cana me ha hecho reflexionar que ganar un Arco tiene que ser casi lo máximo a lo que puede aspirar un aficionado al turf. Prácticamente lo mismo que alcanzar el nirvana. Poseyendo la seguridad y la paz de que tu nombre pasará a los anales de la historia.

Afirmo que junto la Copa de Oro de San Sebastián, el Arco es la única carrera que podría asemejarse o acercarse a las sensaciones que me producen esos minutos de galope nada más darse el golpe de cajones. En mi caso siento que el corazón me bombea más rápido, la piel de gallina se me reproduce por todo el cuerpo y los ojos no se me van de ese pelotón de caballos. Sinceramente, es difícil representar la sensación que siento en unas simples palabras, tal vez alguien que esté leyendo esto lo entienda. Eso espero…

Lamento profundamente el todavía no poder haber acudido a París a vivir esta prueba en directo. Sin embargo, sé con total seguridad que algún primer domingo de octubre me podréis encontrar en la capital francesa. Se dice que París es la ciudad de la luz o la ciudad del amor. Bien, dejémoslo mejor definido como la ciudad que alberga la mejor carrera del año.


Foto portada: 100º Prix l’Arc de Triomphe

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