El hecho de que un caballo haya sido adquirido en un reclamar y que posteriormente consiga un gran premio últimamente se ha visto como una incorporación a nuestras carreras que lleva consigo un tono peyorativo, paupérrimo o negativo, cuando no debe ser así. Parece que por el hecho de comprar un caballo en una carrera de venta ya estaríamos hablando de un ejemplar malo o que tiene que ser un caballo que no puede disputar un gran premio, hablando siempre en términos y valores referentes al nivel del turf español. Personalmente me parece muy incorrecta esa idea, que viene últimamente predispuesta por varios aficionados incluso profesionales. Comprar un caballo en un reclamar es para mí un arte, al igual que cuando se adquieren en una subasta. También lo digo porque últimamente sigo casi todos los reclamares franceses, pero eso ya es una batallita de un servidor. A veces esos fichajes salen bien y otras veces mal. Tanto las compras de subastas como las de reclamares son métodos igual...