Hay historias que son desconocidas para la mayoría de los aficionados, bien porque los protagonistas mismos pretenden mantener el anonimato o bien porque simplemente se quieren centrar en querer conseguir los mejores resultados en la pista. Dentro de esa humildad y perfil discreto se sitúa el proyecto del Haras de Llorda. Un centro ecuestre situado en Cerdanya (Girona), prácticamente en la frontera entre Francia y España con los Pirineos pegaditos. Un espacio donde el caballo es el protagonista. No solo en la disciplina del galope, sino que también en otras modalidades hípicas. Las citadas instalaciones están comandadas principalmente por Montserrat Boada y Gemma Boada, madre e hija respectivamente, además de otros miembros de la familia, por lo que todo se queda en familia. Este proyecto empezó cuando los padres de Gemma arrendaron una finca en Cerdanya en el año 2003. Un lugar que por casualidad anteriormente había sido utilizado también para criar caballos PSI y PRA. A este aconteci